El menú ofrecido el viernes se puede considerar equilibrado y con proyecto (¡cuánto mal ha hecho la TV a nuestras vidas!) y los comensales salieron satisfechos. El vino mostraba esa doble cara: primero asusta y después sorprende. Todo un éxito viniendo de Pelahustán.
NI QUE DECIR TIENE QUE COGIMOS EL MENÚ DIARIO